No fue un tan buen domingo para Nayib Bukele: la hegemonía de Nuevas Ideas no fue respaldada en las elecciones municipales

Después de las elecciones generales de febrero pasado en las que Bukele fue reelecto, gracias en buena parte a su popularidad reforzada por el Régimen de Excepción, El Salvador acudió este domingo 3 de marzo a votar por alcaldes. El eslogan “Vamos por todo” del oficialismo no pudo cumplirse a cabalidad, ya que Nuevas Ideas perdió territorios claves, y sólo ganó en 25 de las 44 municipalidades en juego. A pesar de ello, Bukele enarbola un proyecto político popular y autoritario, que se afianza en el nuevo tablero político salvadoreño

El presidente de EL Salvador Nayib Bukele junto a su esposa Gabriela de Bukele muestran el certificado de votación, este domingo en el centro de voto ubicado en la Avenida Olímpica, en San Salvador. Foto: Rodrigo Sura | EFE.

La última vez que estuve en El Salvador fue en marzo de 2022, propiamente el fin de semana del 26 y 27 de marzo, cuando el presidente Nayib Bukele a través de su bancada de diputados aprobó el Régimen de Excepción. Eran días tensos. Ese mismo fin de semana se rompió la negociación entre el gobierno y la MS-13 y, en respuesta a ello, la pandilla cimbró de muerte este pequeño país centroamericano: 87 asesinatos ese mismo fin de semana. Antes de irme, la madrugada del 27, los diputados sesionaron y aprobaron el controvertido Régimen de Excepción. Una medida de mano dura que, no importa desde dónde se le vea, cambió por completo el panorama salvadoreño. 

El Régimen de Excepción no sólo ha desarticulado a las pandillas y devuelto una tranquilidad que las maras mancillaron por décadas a los salvadoreños, sino que fue el combustible ideal para que Bukele se reeligiera a sus anchas, con un respaldo popular del 85%. Un electorado que, a juzgar por sus votos, poco le importó que el mandatario de Nuevas Ideas violara la Constitución Política al quedarse en la silla presidencial, emulando un viejo y nefasto vicio de la política latinoamericana: la reelección

He regresado a El Salvador dos años después de que fue impuesto el Régimen de Excepción. Hace menos de un mes Bukele fue reelecto y este fin de semana, el 3 de marzo para ser exacto, los salvadoreños volvieron a las urnas a elegir alcaldes. A excepción de las vallas de carretera con las fotos de algunos candidatos edilicios, poco o nada se hablaba de la elección municipal. Nunca estos comicios han generado tanto interés en El Salvador y así lo demostró la abstención que llegó al 70%, según los primeros datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE). 

La omnipresencia de Nayib Bukele

No fue un tan buen domingo para Nayib Bukele: la hegemonía de Nuevas Ideas no fue respaldada en las elecciones municipales
Un turista se toma una foto en el Aeropuerto Internacional de San Salvador. Foto de Wilfredo Miranda Aburto | Divergentes.

En El Salvador todo es Bukele. Todo órbita en torno a la figura del popular presidente y cuya administración se encarga de reforzar ese endiosamiento, esa omnipresencia en casi todos los niveles. Y eso queda claro desde que uno ingresa a El Salvador por su aeropuerto internacional: todos los pasajeros se encuentran con un retrato de Bukele sonriendo, con la banda presidencial y una bandera salvadoreña de fondo. Es su foto oficial que cuelga en lo que vendría siendo la recreación de un despacho presidencial, en el que los visitantes pueden sentarse en la silla y tomarse fotos para las redes sociales. 

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Cuando uno sale del aeropuerto y toma la autopista Comalapa, que conecta con San Salvador, hay remodelaciones evidentes en la infraestructura. La vía está iluminada con unas particulares luminarias led en forma de postes con los colores nacionales. El estadio multiusos Gimnasio José Adolfo Pineda –donde se celebró Miss Universo y se coronó la nicaragüense Sheynnis Palacios– es un coloso de graderías multicolores, cuyas luces siempre están encendidas durante la noche. Para que se vea. 

Lo mismo sucede con el remozado centro de San Salvador, donde antes no se podía caminar con seguridad al caer la tarde, y hoy es una de las joyas de la administración de Nuevas Ideas, el partido gobernante. En noviembre de 2023, Bukele inauguró una moderna biblioteca financiada por China; la única biblioteca en el mundo donde sus libros no pueden leerse, ni prestarse ni consultarse. 

Todo en San Salvador está listo para la foto; todo lo que se ve a primera vista está cuidadosamente dispuesto para las selfies: nuevo, bien cuidado y brillante, gracias a la presidencia de Bukele. Sin embargo, más allá, en las colonias salvadoreñas la infraestructura sigue igual, pero eso es lo menos importante. El verdadero cambio que Bukele les ha dado a los salvadoreños es el de la seguridad. Recuperar las calles, la comunidad, la posibilidad de jugar fútbol en un parque, poder pasar a otro barrio sin temor, caminar de noche sin peligro a ser secuestrado o asesinado. Esa es la verdadera impronta del mandatario y su Régimen de Excepción. Devolverles a los salvadoreños esas cosas rutinarias de la vida que en otros países damos por descontadas. 

El Régimen de Excepción, el “mal menor”

No fue un tan buen domingo para Nayib Bukele: la hegemonía de Nuevas Ideas no fue respaldada en las elecciones municipales
De un golpe, el Régimen de Excepción acabó con la violencia, al tiempo que entre la población se disparaba el “temor” a las fuerzas de seguridad por sus detenciones arbitrarias. Foto de EFE/ Bienvenido Velasco.

No es de extrañar entonces (¿o sí?) que muchos salvadoreños acepten la idea de que, a pesar de que hay miles de inocentes sido engullidos por el Régimen de Excepción –incluido un hermano, un padre, una prima o algún familiar–, se trata de un “mal menor” que se debe soportar en pro de la tranquilidad y la seguridad que les fue resarcida por la mano dura de Bukele. 

El Salvador rehace un tejido social que había sido roto por la violencia y la criminalidad de las pandillas. Un país que, mayoritariamente, ha confiado en su presidente showman. En un mandatario de ideología maleable en dependencia de la necesidad política de turno, y que en el fondo, como típico mesías político latinoamericano, es profundamente autoritario. 

Bukele usa su apabullante popularidad para darse muchas licencias. Licencias que incluso contravienen la misma Constitución y las leyes. Por ejemplo, cuando se lanzó a la reelección y, en la práctica, nunca se apartó del cargo para hacer campaña política. Mantuvo todas las prerrogativas y beneficios presidenciales. 

Otro ejemplo de ese desprecio a las reglas, de que él está por encima de todo y todos, sucedió en un balcón cuando Bukele se autoproclamó reelecto con el 85% de los votos, y ni siquiera existían resultados preliminares ni mucho menos oficiales de parte del TSE. 

A partir de ese momento, la credibilidad del TSE quedó seriamente comprometida. El día de la elección presidencial falló la transmisión de los datos y los resultados de la elección legislativa entró en un terreno fatal para cualquier proceso de elección popular: el cuestionamiento a su integridad. El reconteo de votos evidenció aún más como Nuevas Ideas impuso su control político al ente electoral. El nuevo escrutinio fue difuso y los medios de comunicación fueron impedidos de poder observar el reconteo. Al final, Nuevas Ideas obtuvo 54 de los 60 diputados en El Salvador. Una hegemonía que Bukele ensalzó. Nunca un proyecto político, dijo, había ganado con la cantidad de votos que lo hicieron. “Es literalmente el porcentaje más alto de toda la historia”, insistió. 

En ese interín, lo que más llamó la atención fue la extinción del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). El partido de izquierdas no logró ni un diputado (ni alcaldes) por primera vez en tres décadas de vida política. Por otro lado se afianzaron nuevos liderazgos opositores, como el de Claudia Ortiz de Vamos, una diputada que –por ahora– le sigue plantando cara al oficialismo y logró triplicar su caudal de votos. 

Hegemonía del bukelismo sin respaldo en las municipales 

No fue un tan buen domingo para Nayib Bukele: la hegemonía de Nuevas Ideas no fue respaldada en las elecciones municipales
Simpatizantes del partido Nuevas Ideas gritan consignas a las afueras del instituto nacional Manuel José Arce este domingo, en San Salvador. EFE/Javier Aparicio

En ese nuevo tablero político, Bukele pensó navegar sin mucha ventisca en el horizonte, confiado de que su figura podría cobijar a los candidatos a alcaldes de Nuevas Ideas en las elecciones de este 3 de marzo. Pero no fue así. La hegemonía del bukelismo fue matizada en las municipales: de acuerdo a los resultados preliminares del TSE, Nuevas Ideas consiguió el 54% de las 44 municipalidades en disputa. 

No solo la figura no le alcanzó a Bukele para aupar a candidatos pocos populares de Nuevas Ideas, sino que esta elección local fue diseñada para favorecer al partido oficialista, según analistas. 

Lo explican así: en los comicios municipales del 2021, Nuevas Ideas ganó 152 alcaldías de los 262 municipios, mientras que los principales partidos de la oposición sumaron 66. Sin embargo, en junio de 2023, la Asamblea Legislativa convirtió estas localidades en distritos y los aglutinó en 44 nuevos municipios, con lo que buscaría evitar derrotas electorales a nivel local. 

El respaldo que Bukele y “su proyecto político” recibió en las elecciones generales no se replicó en las municipales. La tendencia, hasta la medianoche de este domingo, apuntaba a que en 16 de las 44 localidades ganaría un partido político diferente a Nuevas Ideas. Varios de los candidatos oficialistas en esos municipios reconocieron sus derrotas. Eran territorios considerados claves. 

No obstante, Bukele salió al paso y recurrió a lo que mejor sabe hacer: implantar una narrativa a su favor. Como sucedió en las elecciones generales de febrero, sin que hubiesen resultados oficiales del TSE, el presidente reinterpretó a su antojo la tendencia de la votación municipal: dijo en su cuenta de X (antes Twitter) que Nuevas Ideas ganó 43 de las 44 sillas edilicias. 

“Está claro que en muchos municipios la gente ha votado por alcaldes que no son de Nuevas Ideas; esto es el voto de castigo a las pésimas gestiones que algunos de ellos han realizado”, dijo Bukele, en un tono que daba a entender que había poco que lamentar, ya que “los nuevos alcaldes pertenecen a partidos aliados indiscutibles de nuestro proyecto”. 

Es decir, que Bukele puso a su lado el gane de alcaldes de otras agrupaciones políticas que, en efecto, han tenido un discurso de apoyo a la gestión de la presidencia de Nuevas Ideas. Se tratan del Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido de Concertación Nacional (PCN), Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana) y Fuerza Solidaria (FS). 

“Son partidos que siempre han estado ahí para apoyar todos los cambios que nuestro país ha necesitado, desde antes de ganar la presidencia en 2019”, insistió Bukele y dijo que la oposición, es decir el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), sólo ganó una alcaldía en  el municipio de La Libertad Este, Antiguo Cuscatlán. 

Abstencionismo y otras irregularidades 

No fue un tan buen domingo para Nayib Bukele: la hegemonía de Nuevas Ideas no fue respaldada en las elecciones municipales
La alcaldesa y candidata a la reelección por el municipio de La Libertad Este, Milagro Navas, muestra su voto en un centro de votación este domingo, en Antiguo Cuscatlán. EFE/ Javier Aparicio

La abstención fue la norma en el proceso electoral municipal y también existieron suspicacias que fueron denunciadas por opositores. La diputada de ARENA, Marcela Villatoro, señaló que entre las irregularidades que fueron detectadas durante la jornada electoral, están el traslado de votantes entre los municipios para que votaran donde no les correspondía en favor del partido Nuevas Ideas. “Todo eso es fraude electoral y es (condenado) con pena de prisión”, sostuvo la legisladora.

Claudia Ortiz, legisladora del partido minoritario de derecha Vamos, afirmó a periodistas que el TSE “no ha dado muestras de que algo haya cambiado sustancialmente”, respecto a las “violaciones a la Constitución, Código Electoral y derechos políticos” del 4 de febrero.

Maribel Belloso, del extinto FMLN, sostuvo que “al cierre siguen los de Nuevas Ideas con el fraude”, dado que “movieron votos de personas que no le correspondía votar en algún municipio, dándole cargos incluso contra la ley”. 

Después de todo, no fue un buen domingo para Bukele y su partido político que, previo a los comicios locales, se pusieron como meta un “vamos por todo”. Un eslogan que la campaña de Nuevas Ideas, en todos los niveles, repitió: “Operación 2024. Vamos por todo”. A pesar de la mayoría obtenida, el bukelismo ha quedado impedido de controlar el poder local en El Salvador de manera directa. Pero Bukele sigue adelante. 


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