Directores de La Prensa frente a las dictaduras

Desde sus inicios, los directivos de La Prensa han sido perseguidos y censurados. El primer director de la familia Chamorro sufrió un cierre de tres años que lo llevó a exiliarse junto a su familia. El resto de su descendencia ha sufrido encarcelamientos, torturas, destierros y confiscaciones. Estas son las historias de los directores del periódico que han sido blancos de ataques por parte de las dictaduras en Nicaragua

Chamorro
Collage por Divergentes.

El 10 de enero de 1978, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, director del diario La Prensa durante 26 años, fue asesinado a tiros por unos sicarios mientras conducía su automóvil por Managua. Bajo su dirección, el periódico alcanzó el nivel más alto de impacto en la sociedad. Desde entonces, Pedro Joaquín Chamorro pasó a ser conocido como el “mártir de las libertades públicas” y muchos periodistas nicaragüenses se inspiran en su legado. 

El asesinato a Chamorro Cardenal es el mayor ataque en contra de un director del diario La Prensa. Pero esta agresión no fue la primera ni la última en contra de sus directivos. Su padre, Pedro Joaquín Chamorro Zelaya, tuvo que exiliarse a causa de las amenazas del régimen de Anastasio Somoza García, primer dictador de esta estirpe. Y más recientemente, dos de los hijos de Chamorro Cardenal y un sobrino respectivamente, Cristiana, Pedro Joaquín, y Juan Lorenzo Holmann Chamorro, fueron encarcelados en 2021, y desterrados dos años después por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Además, las instalaciones del periódico –que sufrieron bombardeos de la dictadura somocista en 1979– fueron confiscadas por el régimen actual.

Exilio, juicios, encarcelamientos, torturas, confiscaciones y hasta destierro y supresión de la nacionalidad, son parte de las agresiones que han sufrido los directivos de este periódico, durante casi un siglo de existencia en Nicaragua. 

El exilio de don Pedro

Directores de La Prensa frente a las dictaduras
Pedro Joaquín Chamorro Zelaya y Margarita Cardenal, junto a su hijo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Esta imagen forma parte de la colección sobre la historia de Nicaragua y sus personajes ilustres, que se exhibe en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica. La Prensa/Cortesía

Pedro Joaquín Chamorro Zelaya fue el pionero de la familia en dirigir La Prensa. Nieto de Pedro Joaquín Chamorro Alfaro, –quien fue presidente de Nicaragua–, y padre de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, Chamorro Zelaya adquirió las acciones de La Prensa en 1930, cuatros años después de que el diario fuera fundado por Gabry Rivas, Enrique y Pedro Belli. 

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La Prensa de don Pedro era de corte conservador, con un peculiar gusto por la historia de Nicaragua. “Una tribuna de enseñanza de valores éticos y patrióticos”, según definió el historiador Emilio Álvarez Montalván. No era una empresa exitosa financieramente ni de gran influencia en la política, como ocurrió después, bajo la dirección de su hijo. “No figuraba, como tarea esencial, obtener grandes ganancias, tampoco la veía como trinchera confrontativa ni divulgadora de escandalosos sucesos”, resumió Álvarez Montalván, en su texto “La Prensa de don Pedro”. 

La Prensa de entonces estaba ubicada en un vetusto edificio de la calle El Triunfo, de la vieja Managua, que no tenía siquiera un reloj de pared. La sala de redacción medía 5×5 metros, ubicada a unos pocos pasos de una calle donde se escuchaban todos los ruidos de las personas, coches y carretones. El personal y los visitantes podían entrar sin ningún control. Incluso, se podía entrar en la oficina de don Pedro en cualquier momento. 

Los redactores estaban sentados alrededor de una rústica mesa, donde escribían sus textos con un lápiz. Luego, los textos eran levantados por otras personas, quienes de pie colocaban los tipos de imprenta vaciados en plomo al revés, para luego sacar las pruebas con un rodillo entintado que era revisado por los correctores. Había un máximo de cuatro reporteros y tres personas de apoyo administrativo. 

El periódico consistía en tres páginas: una bisagra con una página en el centro. Su contenido eran notas de la vida social, crónicas religiosas o sucesos políticos, que no pudieran enojar a Somoza García. Sin embargo, este periódico, que se editaba de forma casi primitiva, y cuyo contenido era parroquial, fue cerrado en varias ocasiones. En una de ellas, la causa fue una supuesta falta de respeto a la primera dama, Salvadora Debayle, esposa de Somoza García. El motivo: en una nota de una procesión católica se escribió que la ausencia de la primera dama, quien acostumbraba a asistir todos los años, no le había quitado la solemnidad al evento. 

Los motivos para el cierre del periódico eran diversos y peculiares. Por ejemplo, porque los reportajes del envenenador de León, Oliverio Castañeda, personaje de la novela Castigo Divino, de Sergio Ramírez Mercado, “levantaban el ánimo de la gente”, es decir, les provocaba nervios. Pero en otras ocasiones, los guardias de Somoza cerraban el periódico sin ninguna razón. El período más largo que el periódico estuvo clausurado fue de tres años. En ese tiempo, don Pedro se exilió junto a su esposa, Margarita Cardenal, en Nueva York, donde trabajaron en diferentes oficios para mantenerse económicamente. 

“El mártir de las libertades públicas”

Directores de La Prensa frente a las dictaduras
Pedro Joaquín Chamorro Cardenal. Foto tomada del sitio web de La Prensa.

Pedro Joaquín Chamorro Cardenal presentía que lo iban a matar. Lo plasmó por escrito tres años antes, el 13 de febrero de 1975. En una hoja escrita a máquina se lee la advertencia de que podía ser eliminado por el somocismo. Chamorro Cardenal contó que una fuente estuvo presente en una reunión en la que se habló de secuestrarlo y llevarlo a la Fuerza Aérea, para luego tirarlo desde un avión hacia el mar. 

A diferencia de su padre, Chamorro Cardenal se declaró antisomocista. Cuando tomó las riendas del periódico, en 1948, hizo una serie de modificaciones de forma y fondo en el periódico que, con el transcurso del tiempo, resultaron en el éxito económico de La Prensa y su peso de influencia en el país. Desde las páginas de este periódico, confrontó a la dictadura somocista a través de sus editoriales, pero también con notas, reportajes e investigaciones periodísticas rigurosas sobre la corrupción del régimen de Somoza. 

El investigador y catedrático de periodismo, Guillermo Rothschuh Villanueva, en el libro El Periodista, escribió que el ejercicio periodístico de Chamorro sólo puede entenderse “a luz de su compromiso por la decapitación de la dictadura somocista”. Para Chamorro Cardenal, el principal reto de Nicaragua en ese momento era, en primer lugar, “liberarse de los Somoza puesto que consistía en el primer obstáculo para la dignificación de Nicaragua y los nicaragüenses”. Su razón era sencilla de explicar: los Somoza eran la principal barrera para aspirar a vivir en un país con libertad de expresión, o sea, vivir en democracia. 

Durante los 30 años al frente de La Prensa, Chamorro Cardenal fue encarcelado en, al menos, cinco ocasiones por la dictadura somocista. La primera de ellas se debió a su participación en un complot frustrado contra Somoza García en abril de 1954. A Pedro Joaquín lo condenaron a dos años de cárcel en un Consejo de Guerra. Dos años después de su liberación, nuevamente fue encarcelado, como miles de nicaragüenses más, luego del asesinato en contra del dictador, Anastasio Somoza García, a pesar de que no participó en el atentado. 

En esa segunda ocasión, Chamorro Cardenal fue torturado en la cárcel la Loma, donde era la antigua Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), El Chipote (viejo). Su experiencia completa la narra en su libro Estirpe Sangrienta. Fue nuevamente condenado y confinado a su casa en San Carlos, Río San Juan. Sin embargo, se fugó junto a su esposa, Violeta Barrios, hacia Costa Rica, donde ambos pidieron asilo. El resto de encarcelamientos los sufrió en 1959, durante un intento de rebelión armada para derrocar a Somoza, conocida como “Olama y Mollejones”. En esa ocasión, fue condenado junto a otros compañeros y amigos a 11 años de cárcel. Pero fue liberado un año después por medio de una amnistía. Ese año regresó a dirigir La Prensa. 

Chamorro Cardenal cayó preso en un par de ocasiones más. Se abrieron procesos judiciales en su contra por sus editoriales o noticias que publicaba en La Prensa. Luego del asalto sandinista a la casa de “Chema Castillo”, un operativo que liberó a varios guerrilleros, entre ellos a Daniel Ortega, el dictador, Somoza Debayle, censuró a La Prensa durante 33 meses. 

Todo esto sufrió Pedro Joaquín Chamorro hasta su asesinato en enero de 1978. 

Ortega-Murillo contra los Chamorro

Directores de La Prensa frente a las dictaduras
Rosario Murillo Zambrana en la época en que trabajó en el diario La Prensa. Foto tomada del sitio web del diario.

El 12 de agosto de 2021, el diario La Prensa publicó que no circularía más en su edición en papel porque el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo tenía bloqueadas sus materias primas. “La dictadura retiene nuestro papel, pero no puede ocultar la verdad”, titularon. Al día siguiente, la Policía tomó por la fuerza las instalaciones del periódico, y encarcelaron al secretario de su Junta Directiva, Juan Lorenzo Holmann Chamorro. 

Desde ese día, Holmann Chamorro fue trasladado a la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), donde estuvo encerrado, bajo condiciones de tortura, durante un año y siete meses. Fue desterrado junto a 222 presos políticos más, a Estados Unidos. La dictadura de Ortega y Murillo también ordenó quitarle la nacionalidad y la confiscación de sus bienes en Nicaragua. 

La toma de La Prensa por parte de los Ortega-Murillo ocurrió tan sólo 13 días después de que su último director, Jaime Chamorro Cardenal, falleciera a los 86 años de edad. “Saludamos a toda esa familia y le expresamos que siempre estamos en oración por aquellos hermanos y hermanas o por aquellas personas que aún pensando diferente somos capaces de unirnos en humanidad y fraternidad y sobre todo de elevar plegarias al altísimo para que nos encontremos (sic) y todos somos viajeros hacia ese otro plano de vida”, dijo Rosario Murillo, a modo de condolencias. Murillo fue secretaria de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal y, por lo tanto, conocía bien a Jaime, hermano de Pedro Joaquín.

Juan Lorenzo Holmann se convirtió en la cara más visible de la familia Chamorro luego de la muerte de Jaime Chamorro Cardenal. Meses antes, el régimen encarceló a Cristiana Chamorro Barrios, vicepresidenta de la Junta Directiva de La Prensa, por mostrar intenciones de ser candidata a la presidencia. Por la misma razón, arrestaron a su hermano, Pedro Joaquín Chamorro Barrios, también directivo de La Prensa. Otro hermano, Carlos Fernando Chamorro, fue forzado al exilio, luego de que sus oficinas, donde dirigía el diario Confidencial y el programa de televisión Esta Semana, y su casa fueran allanadas sin una orden legal. 

Un año después, toda la redacción de La Prensa se trasladó a Costa Rica, después que capturaron a dos conductores y persiguieran a un equipo periodístico. Nicaragua se convirtió en el único país del hemisferio occidental que no tiene diarios impresos, según una verificación que realizó la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) a principios de 2020, cuando este mismo diario nicaragüense sufrió una retención de 75 semanas que casi lo lleva al cierre total. 

“Incluso en Estados fallidos como Siria, Somalia y Sudán del Sur hay diarios escritos”, señala el reporte.


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