Persecución religiosa en Nicaragua ⛪

“De fiesta en fiesta”: régimen promueve actividades “tradicionales y religiosas” mientras persigue a la Iglesia

En medio de una ola de ataques en contra de la Iglesia Católica de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo promueven hípicas, bailongos y una serie de actividades “tradicionales y religiosas” en todo el país, entre ellas las de Santo Domingo de Guzmán, una de las fiestas patronales más concurridas.“Aquí de fiesta en fiesta… Celebrando la paz”, dijo Murillo al anunciar eventos alrededor de festividades religiosas

Los hombres disfrazados participan del tradicional baile de los chinegros en honor a Santa Ana, en Nindirí. Foto: EFE | Jorge Torres.

Mientras la mayoría de procesiones o festividades religiosas son prohibidas en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo se encuentra promoviendo, desde la semana pasada, la celebración de Santo Domingo de Guzmán, una de las festividades católicas de mayor convocatoria en todo el país. Para especialistas en temas religiosos, esta “concesión” corresponde a la decisión de los mandatarios de promover eventos populares que se realizan en el marco de las actividades religiosas. 

Este mes, en Chinandega y Nandaime, donde las fiestas patronales se realizan en honor a Santa Ana, se prohibió que salieran las procesiones religiosas, pero se realizaron los desfiles hípicos, dianas, los topes de toros y las fiestas nocturnas. “Las actividades de religiosidad popular se están desarrollando, se ha visto en los últimos días. La dictadura permite la procesión de Santo Domingo porque es difícil que la pueda contener debido a que llegan miles de personas”, dice un sociólogo que ha realizado investigaciones sobre la Iglesia Católica en Nicaragua y fue consultado en condición de anonimato.

Las fiestas en honor a Santo Domingo de Guzmán se realizan entre el primero y el 10 de agosto en Managua, la capital, y son de las más populares del país. Se celebran desde hace dos siglos pese a que el verdadero santo patrono es Santiago. Aunque miles de devotos llegan a rezar y pagar promesas, otros miles acompañan la procesión como una actividad carnavalesca, en la que abundan los bailes, el licor y la pólvora.

En medio de una ola de agresiones a la Iglesia Católica, Rosario Murillo, vocera del régimen, anunció el pasado viernes una serie de festividades “tradicionales y religiosas”, entre ellas las de Santo Domingo, en Managua; las de Santa Ana, en Chinandega, Nindirí y Niquinohomo. Además, dijo que se iba a celebrar a Santiago en Boaco, Nagarote, Santo Tomás, Jinotega, Sébaco y Somoto. En total, Murillo anunció como “una gran celebración” las 13 corridas de toros, las hípicas y cabalgatas durante estas festividades. 

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El sociólogo consultado considera que “estas celebraciones no es una claudicación de la Iglesia, sino parte de su labor pastoral que no debe detenerse pese a los ataques”. Asimismo, el investigador cree que esto tampoco supone que el régimen detendrá los ataques en contra de la Iglesia Católica.

La persistencia del conflicto entre la Iglesia y el régimen se hizo notar este miércoles 26 de julio en Jinotepe, donde los feligreses sacaron a bailar la imagen de Santiago hacia el atrio de la iglesia, pese a que esta procesión fue prohibida por la Policía. 

Agresiones continúan

“De fiesta en fiesta”: régimen promueve actividades “tradicionales y religiosas” mientras persigue a la Iglesia
Los sacerdotes realizan las procesiones a intramuros de las iglesias porque están prohibidas. Foto: EFE.

Hasta antes de la crisis de 2018, la tradición era proclamar como mayordomo de las fiestas patronales de Managua a los alcaldes de turno. Este año, la alcaldesa de la capital, Reyna Rueda, se autoproclamó mayordoma sin ser tomada en cuenta por la Iglesia ni sus feligreses, en medio de la persecución hacia los religiosos católicos que se ha incrementado en los dos últimos años. 

Actualmente se encuentran presos cinco sacerdotes y tres están bajo investigación. El obispo Rolando Álvarez fue capturado desde agosto del año pasado, y fue condenado a 26 años de cárcel en febrero de este año, después de negarse a ser desterrado a Estados Unidos junto a 222 presos políticos

Un estudio titulado “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?”, elaborado por Martha Patricia Molina, una especialista en temas religiosos, registró 529 agresiones contra la Iglesia desde 2018, el año que estalló la crisis en el país. Sólo en los tres primeros meses de este año se registraron 90 ataques. Además, al menos 85 religiosos han huido del país debido a la persecución, según Molina, quien documenta estas agresiones. 

Durante la última Semana Santa se prohibieron 3,176 procesiones en 397 parroquias. Los mandatarios sandinistas ordenaron que no salieran los viacrucis a las calles y confinaron a los creyentes dentro del perímetro de sus templos. Además, los mandatarios dirigieron el cierre de las cuentas personales de sacerdotes y el bloqueo de las cuentas bancarias de las Diócesis de Managua, Matagalpa, León y Chinandega. 

En las últimas semanas se han registrado el destierro del sacerdote Juan Carlos Sánchez, de la parroquia San Francisco de Asís, y la confiscación de la Fraternidad Pobres de Jesucristo, en León. El régimen expulsó a cuatro monjas brasileñas de esta organización. 

“Caminemos todos con Santo Domingo de Guzmán”

“De fiesta en fiesta”: régimen promueve actividades “tradicionales y religiosas” mientras persigue a la Iglesia
Un hombre disfrazado participa del tradicional baile de los chinegros en honor a Santa Ana en Nindirí. Foto: EFE/ Jorge Torres.

El anuncio de la normalización de las fiestas de Santo Domingo lo hizo Rosario Murillo el pasado 20 de julio. “Aquí, de fiesta en fiesta, agradecidos a Dios, celebrando la paz, porque nuestra victoria es la paz…Celebrando la vida, celebrando el cariño, celebrando la hermandad y la solidaridad, celebrando nuestra identidad cultural”, dijo Murillo, y enumeró las actividades, entre ellas festivales de vaqueros, montas taurinas, y la fiesta del Palo Lucio.

El anuncio fue criticado porque en otros años la celebración era anunciada por alguna figura de la Iglesia, como el cardenal Leopoldo Brenes. Ese mismo día, el párroco Boanerges Carballos, de la iglesia Santo Domingo en Las Sierritas de Managua, reafirmó que el lema de estas festividades era: “con Santo Domingo de Guzmán, caminamos juntos”. 

Boanerges Carballo, hermano del sacerdote Bismarck Carballo, un religioso a fin a la dictadura desde el regreso al poder de Ortega en 2007, dijo que “las festividades patronales serán posibles gracias a la capacidad de conversar, orar y de trabajar juntos”. 

Esta conversación que dio a entrever Carballo ha sido criticada por darse en medio de los ataques del régimen a la Iglesia Católica. Pero lo que ha quedado claro en los últimos días es el protagonismo del régimen en las actividades de Santo Domingo, como quedó consignado en los anuncios de la celebración, el lema y la organización del evento.

Según el sociólogo, no hay que descartar que por temor algunos sacerdotes “se acomoden” a las condiciones del régimen para obtener permisos en actividades religiosas o por su propia sobrevivencia en el país. “El objetivo del régimen sigue siendo ese: aniquilar los espacios de la Iglesia y la influencia que esta pueda tener en la población”, señaló. 


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