Wilfredo Miranda Aburto
5 de noviembre 2024

Elecciones Estados Unidos 2024 🇺🇸

Las consecuencias de la elección entre Kamala o Trump para los nicas… y la dictadura


Es una de las elecciones más reñidas en la historia de Estados Unidos, entre el expresidente Donad Trump y la actual vicepresidenta Kamala Harris, según las encuestas. Los estadounidenses han vivido una campaña electoral de alto voltaje: desde la renuncia de Joe Biden a la carrera presidencial por los Demócratas, el intento de asesinato del nominado Republicano (sobre quien pesan varios juicios), y el ascenso meteórico de la primera mujer afroamericana en competencia por el Despacho Oval… y quien, según muchas encuestas prematuras, podrá convertirse en la primera mujer presidenta en ese país, cuya política interna, tiene consecuencias globales. Pero nada está enteramente dicho.  

Más allá de todo lo planteado anteriormente, estos comicios en Estados Unidos también tienen un sabor más complejo: la elección de dos formas diametralmente opuestas de ejercer el poder. Por un lado, la tentación autoritaria de Trump, un energúmeno onanista y mitómano que ya ha demostrado que quiere –y estuvo cerca de lograr– dinamitar la democracia norteamericana,  cuando sus turbas invadieron el capitolio en 2021, después que Biden fue declarado ganador

Por el otro, la novedad de Kamala, una mujer afroamericana que tiene una larga carrera como integrante de la Cámara Baja y Fiscal General de California, pero quien durante su vicepresidencia no fue vista como “presidenciable”. La vicepresidente ha hecho propuestas un tanto refrescantes en un entorno mediado por la desinformación, como los derechos de las mujeres, migración y seguridad. 

Gane quien gane –Trump o Kamala– encuentran un mundo convulso: la invasión de Putin en Ucrania, bombas en Oriente Próximo, con Israel enconado contra los gazatíes y enfrentando a Hezbolá…. Sin duda las prioridades actuales de la política exterior norteamericana. En ese escenario, la crisis sociopolítica de Nicaragua no es que ya no importe en Washington, pero sí es cierto que se ha enfriado… mucho. 

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No dudo que este cinco de noviembre Rosario Murillo y Daniel Ortega estén pegados al televisor siguiendo el desarrollo de la elección entre Kamala y Trump. Sobre todo más él, porque siempre ha sentido afición por el panorama internacional, creyéndose –desde los años ochenta– figura preponderante en asuntos de calado mundial, cuando en realidad ha sido un peón circunstancial de potencias como la desaparecida Unión Soviética, o ahora, Rusia y China.  

A pesar de que el “tema Nicaragua” se ha enfriado en Estados Unidos, los Ortega-Murillo no pueden esperar mayores cambios de la política exterior de Washington contra el régimen de ellos. Porque gane quien gane, esa política es bipartidista ya no depende tanto de quien ocupe la Casa Blanca. Esa política para Nicaragua se define en el Congreso. Los derechos humanos y la democracia seguirán siendo su eje programático central. De modo que las sanciones y la retórica crítica de Washington contra Managua seguirán.

Sin embargo, hay que decir que los nuevos funcionarios estadounidenses que surjan después de esta elección deberían replantearse ciertos mecánismos de acción para tener una incidencia más efectiva contra los Ortega-Murillo, por ejemplo perder el temor a revisar la permanencia de Nicaragua en el DR-CAFTA… sobre todo porque desde Managua han demostrado que seguirán acercándose a China, Irán y Rusia, mientras usan la migración como medida coercitiva para la administración estadounidense

Pero la consecuencia más palpable, entre si gana Kamala o Trump, es para los miles de nicaragüenses que desde 2018 se han ido a Estados Unidos. Más de 536 mil personas que, en su mayoría, se amparan en el Parole Humanitario que  no va a ser prolongado por las autoridades estadounidenses. Trump ha prometido deportaciones masivas y acabar el Parole. Mientras que la administración Biden descartó alargarlo para los ya beneficiados. Kamala tiene un tono más sosegado para la migración, pero eso tampoco supone un camino sin piedras para los nicas.

La migración ha sido tema candente en esta campaña electoral estadounidense (destacando los bulos racistas de Trump de que los haitianos devoraron las mascotas de Springfield, una ciudad obrera de Ohio). Si gana el magnate neoyorquino, peor para los nicas. Si gana Kamala, los nicas podrían correr con mejor suerte, pero no tienen nada asegurado. La moneda seguirá en el aire. De modo que cuando se conozca el vencedor de esta reñida elección, el efecto principal lo sufrirá casi el 8% de la población nicaragüense que se ha ido a Estados Unidos desde 2021. 

El mundo está en vilo la noche de este cinco de noviembre y quizás unos días más si no se conoce un claro vencedor hoy. La clave está en los estados bisagra: Wisconsin, Míchigan, Carolina del Norte, Georgia, Pensilvania, Arizona y Nevada. Muchas preguntas para unos comicios históricos, en especial si Trump volverá a azuzar la violencia si pierde. Los nicas en Estados Unidos esperan un desenlace –que abrirá un nuevo capítulo para ellos– con ansias. 

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Wilfredo Miranda Aburto

Es coordinador editorial y editor de Divergentes, colabora con El País, The Washington Post y The Guardian. Premio Ortega y Gasset y Rey de España.