La mayor medida de presión que puede aplicar Estados Unidos a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo es bloquear todas las importaciones provenientes de Nicaragua, que en 2019, por ejemplo, representaron $4 mil millones de dólares. Esta es una medida que está considerando la administración de Joe Biden para presionar al régimen, que significa un golpe duro a la economía nicaragüense, “que podría tener la consecuencia no intencionada de empeorar la crisis migratoria de Nicaragua”, según un informe presentado este lunes tres de octubre por el Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), un centro de pensamiento con sede en Washington.
El documento– elaborado por los investigadores Daniel F. Runde, director del Proyecto sobre Prosperidad y Desarrollo, y Ryan Berg, director del programa de las Américas del CSIS– concluye que los últimos ataques contra la Iglesia Católica y la sociedad nicaragüense demuestran que “no hay tiempo que perder en el desarrollo de una estrategia efectiva para obstaculizar la consolidación dictatorial del régimen Ortega-Murillo”.
Por ello, CSIS elaboró una lista de acciones, agrupadas en cinco niveles, en orden ascendente (del 1 al 5) basados en la viabilidad de las acciones y el impacto que se espera que tengan en el régimen Ortega-Murillo.
Además de alentar a que continúen sancionando individualmente a funcionarios del régimen y allegados, Estados Unidos debe centrar sus esfuerzos en las sanciones de entidades de alto impacto, como el Ejército y su Instituto de Previsión Social Militar (IPSM), el fondo de pensiones e inversión del cuerpo armado nicaragüense. El CSIS argumenta que hay más pistas para más sanciones que Estados Unidos tiene autoridad para aplicar basado en la aprobada Ley de Cumplimiento de Nicaragua a las Condiciones para la Reforma Electoral (Ley Renacer). “Es probable que el momento de las sanciones individuales haya pasado; son inadecuadas en relación con la dramática consolidación autoritaria que se está produciendo en el país”, cita el informe.
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A la par de esto, Estados Unidos debe hacer cumplir la Ley Nicaraguan Investment Conditionality Act (NICA), que restringe el acceso del país a préstamos de instituciones financieras multilaterales como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Aunque esta Ley está aprobada desde hace cuatro años, “los fracasos en su aplicación han significado que el régimen de Ortega se ha beneficiado de miles de millones de dólares de los bancos multilaterales en los últimos años”, según el CSIS.
En ese orden de acciones, el centro de pensamiento recomienda sacar a Nicaragua de la Lista de Especial Vigilancia para colocarla como un “País de Especial Preocupación”, debido a las demostradas violaciones a los derechos humanos. “Es necesario referirse abiertamente al gobierno de Ortega-Murillo como una dictadura para crear conciencia sobre la gravedad de sus violaciones de los derechos humanos”, señala el informe, y agrega que la administración Biden puede nombrar a un enviado especial para coordinar un plan internacional para abordar los crímenes que sigue cometiendo el régimen de Nicaragua.
Suspensión del Tratado de Libre Comercio
Los investigadores proponen que Estados Unidos aliente la revisión y posible suspensión de Nicaragua del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-CAFTA). Aunque esto es poco probable, porque Estados Unidos tendría que persuadir a los demás países miembros para que suspendan a Nicaragua del acuerdo comercial. Una alternativa viable serán las revisiones de los privilegios comerciales directos entre Estados Unidos y Nicaragua, que puede hacer unilateralmente el país norteamericano.
Un ejemplo de esto fue la exclusión que hizo Estados Unidos a Nicaragua de la cuota azucarera del año fiscal 2023 en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que fue anunciada a finales de julio de este año. “Podrían considerarse prohibiciones similares en varias industrias importantes, como la carne, el café, los textiles y el tabaco. Estas acciones significan un gran golpe para el régimen, dado que Nicaragua es el país menos diversificado de América Central, con más del 60 por ciento de sus exportaciones a los Estados Unidos”, señala el documento.
Al presidente Biden recomiendan celebrar una reunión de alto nivel con las familias de los presos políticos para llamar la atención sobre este tema y pedir la liberación inmediata de todos. Al mismo tiempo, pedir que se permitan visitas familiares a los presos, cuyos presentaciones demostraron el grave estado en que se encuentran; y abogar por mejores condiciones y representación legal para ellos.
Detener financiamiento del BCIE
Aunque Estados Unidos no es miembro del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), los investigadores de CSIS recomiendan a Estados Unidos evitar colaborar con el BCIE a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID) y otras instituciones financieras de desarrollo. Según los especialistas, Estados Unidos también puede buscar apoyo de accionistas del BCIE, como Corea del Sur, Taiwán y España, para limitar los préstamos destinados a Nicaragua como una forma de presión. “Con la corrupción, los abusos de los derechos humanos y la impunidad en el país (Nicaragua), vale la pena encontrar formas de detener los préstamos”, menciona el informe.
En cuanto a una estrategia a largo plazo, el CSIS recomienda participar en esfuerzos diplomáticos para apoyar “la consolidación de los líderes de oposición dentro de Nicaragua”. Aunque la oposición se encuentra actualmente fragmentada, la mayoría de líderes se encuentran presos o en el exilio, “deben fortificarse y combinarse para seguir desafiando al régimen a largo plazo”. Para hacer una unidad consolidada en la oposición, “los líderes políticos y de la sociedad civil deben ofrecer ideas detalladas sobre cómo sería el futuro del gobierno y la economía nicaragüenses, liberados de las limitaciones y la represión del régimen actual”.
Los investigadores recalcaron que “es imperativo que la oposición se vea como una posición de algo, en lugar de solo sea en contra de algo”. Esto requiere del apoyo abrumador de abogados y defensores de derechos humanos internacionales. “Este apoyo podría ser encabezado y organizado por el enviado especial de los Estados Unidos a Nicaragua”, indica el centro de pensamiento.
Papel de la comunidad internacional
En el documento, el CSIS también recomendó a la comunidad internacional tomar más medidas para presionar al régimen Ortega-Murillo. Sobre los recientes ataques al régimen, señalaron que el papa Francisco debe condenar públicamente al régimen por la represión a la Iglesia, sus sacerdotes y obispos, y condenar los crímenes de lesa humanidad que sigue cometiendo.
En tanto, los países democráticos de Latinoamérica deben tomar medidas para “aumentar la conciencia y la rendición de cuentas” a la dictadura de Nicaragua. “Con un poco de coraje, los actores regionales también pueden imponer sanciones y cortar los lazos económicos con Nicaragua”, agrega el documento. “El Consejo de Seguridad de la ONU debería celebrar una reunión urgente sobre la situación actual en Nicaragua, condenar sus abusos desenfrenados y presionar al país para que coopere con los organismos internacionales de derechos humanos”.
En marzo de este año, la ONU aprobó la instalación durante un año de un “Grupo de Expertos de Derechos Humanos” con un mandato de investigación y rendición de cuentas de las graves violaciones cometidas por el gobierno. Según CSIS, Estados Unidos debe garantizar la continuación de la investigación. Además, los miembros de la Corte Penal Internacional pueden fomentar una investigación sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen Ortega-Murillo.