Persecución religiosa en Nicaragua ⛪

Corte IDH ordena la “liberación inmediata” del obispo Rolando Álvarez

Luego de más de cuatro meses de la condena en contra del obispo de Matagalpa, la Corte Interamericana de Derechos Humanos notificó al Estado de Nicaragua medidas provisionales en favor del religioso y ordenó su liberación inmediata. Hasta el mes pasado, el jerarca católico se encontraba en el espacio de máxima seguridad conocido como el Infiernillo en la cárcel La Modelo


La Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó este jueves 29 de junio la liberación inmediata del obispo de Matagalpa, Rolando José Álvarez Lagos, condenado a 26 años de cárcel en febrero de este año, después de negarse a ser desterrado a Estados Unidos junto a 222 presos políticos. La Corte notificó al Estado de Nicaragua la resolución de medidas provisionales en favor de monseñor. 

El mes pasado, fuentes del Sistema Penitenciario, La Modelo, confirmaron a DIVERGENTES que Álvarez se encuentra en la celda 19 del módulo 3-1 del espacio de máxima seguridad, conocido como el Infiernillo, en la cárcel La Modelo de Managua. El religioso se encuentra vigilado por guardas las 24 horas del día y su celda es requisada a diario para “evitar cualquier comunicación con los demás reclusos”. 

Monseñor Rolando Álvarez fue enviado a la cárcel La Modelo el nueve de febrero de este año, luego de que se negara a ser desterrado, en un operativo que coordinó el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo con la Embajada de Estados Unidos. Al día siguiente, Álvarez fue condenado por el delito de “traición a la patria”, una figura aprobada en 2020 por el Frente Sandinista para judicializar a opositores. Fue despojado de su nacionalidad, le impusieron una multa de 58,000 córdobas y lo inhabilitaron de manera perpetua para cargos públicos y de elección popular, según la resolución del Poder Judicial. El religioso fue capturado desde agosto de 2022, y llevaba su proceso judicial bajo la figura de “casa por cárcel”, hasta entonces.

Según las fuentes de La Modelo, Álvarez está en el Infiernillo, uno de los seis módulos que hay en el espacio de máxima seguridad llamada la 300, porque allí alcanzan 300 reos aproximadamente, en unas 156 celdas. La celda de monseñor es igual a la de los demás reos: de tres metros de largo por tres de ancho, con dos catres cada una y un hoyo para que los reos hagan sus necesidades. 

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“Monseñor (Álvarez) recibe un trato preferencial en comparación con los demás reos de la 300”, dice la fuente. Álvarez recibe atención médica al menos dos veces al día, le permiten paquetería (que su familia le lleve paquetes) y le dan actividad de sol. “Le toman fotos casi a diario para tener evidencia de que supuestamente se encuentra en buenas condiciones de salud”, añade. 

Agresiones a religiosos

Corte IDH ordena la “liberación inmediata” del obispo Rolando Álvarez
Foto de EFE. Archivo.

Las agresiones a la Iglesia se han incrementado en los últimos años. Un estudio titulado “Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?”, elaborado por Martha Molina Montenegro, registró 529 agresiones contra la Iglesia desde 2018, el año que estalló la crisis en el país. Sólo en los tres primeros meses de este año se registraron 90 ataques. 

Durante la última Semana Santa se prohibieron 3,176 procesiones en 397 parroquias. Los mandatarios sandinistas ordenaron que no salieran los viacrucis a las calles y confinaron a los creyentes dentro del perímetro de sus templos. Además, los mandatarios dirigieron el cierre de las cuentas personales de sacerdotes y el bloqueo de las cuentas bancarias de las Diócesis de Managua, Matagalpa, León y Chinandega. 

A finales de mayo, Willian Grigsby Vado, uno de los principales voceros que tiene el aparato de propaganda del régimen, durante su programa Sin Fronteras, dijo que el régimen Ortega-Murillo es “víctima” de una conspiración dirigida por el Vaticano y el Gobierno de Estados Unidos y que los ejecutores de tal conjura son los obispos y sacerdotes de la Iglesia Católica en Nicaragua. 

Grigsby confirmó que el régimen sandinista está pendiente de la “organización territorial” de la Iglesia en Nicaragua, y confesó que, en la medida que la oposición en Nicaragua fue “quedando reducida a la nada”, la única institución que podía hacerle frente a la dictadura era la Iglesia. 

“Vamos a evitar que lo hagan (el caos y acciones violentas). Y vamos a esperar que los curas se calmen, que entren en razón, que vuelvan a sus actividades pastorales, que dejen la conspiración política y la intención de derrocar al gobierno, que dejen de obedecer consignas del imperialismo norteamerican”, agregó Grigsby.

​​“Alarma por ataques”

Corte IDH ordena la “liberación inmediata” del obispo Rolando Álvarez

En su informe anual sobre Libertad Religiosa en el mundo, presentado el 15 de mayo, el Departamento de Estado reiteró su denuncia sobre la violación a la libertad religiosa en Nicaragua y el encarcelamiento del obispo Rolando Álvarez. “Defensores de derechos humanos hacen sonar la alarma sobre los ataques a la Iglesia Católica por parte del régimen de Ortega y Murillo en Nicaragua”, dijo Antony Blinken, jefe de la diplomacia estadounidense. Blinken calificó a Álvarez como una persona “que está injustamente detenida”. 

En marzo, el Papa Francisco dijo que la pareja en el poder de Nicaragua “tiene un desequilibrio” y pareciera que quisieran “instaurar la dictadura comunista de 1917 o la hitleriana de 1935”. 

Mientras que  monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, dijo que monseñor Rolando Álvarez está siendo “ultrajado” dentro de la cárcel y exigió su “liberación inmediata”.

Desde el encarcelamiento en la cárcel La Modelo, el régimen Ortega-Murillo sólamente ha exhibido una vez al prelado, por medio de fotografías y videos, durante una cena con su familia en una sala dentro de la prisión. Con esta exhibición, el oficialismo intentó demostrar el buen estado de salud del religioso, pero las imágenes evidenciaban lo contrario: lució pálido, delgado, y con ojeras pronunciadas. El régimen realizó todo un montaje: acondicionó una sala dentro de la prisión, arregló una mesa y la llenó de alimentos y bebidas para que el obispo compartiera con sus familiares, mientras los medios de propaganda grababan el momento. 

Monseñor Rolando Álvarez, obispo de las Diócesis de Matagalpa y de Estelí, hasta antes de su captura, era la voz más crítica contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo dentro de la Iglesia Católica. Luego de los exilios forzados de monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, y Edwin Román, párroco de Masaya, las homilías de Álvarez se convirtieron en las únicas dentro del territorio nicaragüense en las que se criticaba el autoritarismo de la pareja de mandatarios.


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