El niño fue presentado en público por primera vez en diciembre de 2023, durante la celebración de la Purísima Concepción de María. Estaba recién nacido. Daniel Ortega lo carga y le da un beso en la mejilla. Rosario Murillo lo celebra y los padres del pequeño, Camila Ortega Murillo y Noé Salas Cisneros, aparecen complacidos, sonrientes. Meses más tarde, el dos de junio de 2024, el niño es bautizado en la Iglesia San Judas Tadeo, en Managua, bajo el nombre de Camilo Noé Daniel Salas Ortega.
Es uno de los últimos 23 nietos (entre biológicos y adoptivos) del clan presidencial de Nicaragua. El bebé se convirtió en el preferido de los abuelos dictadores, a tal punto que emitieron un comunicado de Gobierno –dirigido al gabinete ministerial, embajadores, diputados, secretarios políticos, poderes del Estado, universidades públicas, Policía Nacional y medios de comunicación sandinistas– saludando y celebrando el sacramento bautismal de la criatura.
Camilo Noé Daniel –que se llama Camilo por su tío abuelo asesinado en 1978 por la Guardia Somocista; que se llama Noé por su papá; que se llama Daniel por su abuelo dictador y responsable de crímenes de lesa humanidad– tenía menos de doce meses cuando empezó a frecuentar las tarimas floridas de los actos oficiales del Gobierno y el partido sandinista.
Una de las primeras veces fue el 14 de septiembre de 2024, cuando se conmemoró el aniversario de la batalla de San Jacinto con un desfile escolar en la Avenida Bolívar a Chávez. Luego de que los abuelos dictadores se posicionaron en sus lugares centrales, el niño apareció en escena, ya más crecido, con algunos rulos y una camisa de huipil típico.
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Travesuras con los abuelos dictadores
Las travesuras y ademanes tiernos de Camilo Noé Daniel sobre los brazos del abuelo dictador se volvieron lo más llamativo de la transmisión oficial del evento. La escena se volvió a repetir un mes después en el desfile por el 45 aniversario de fundación del Ministerio del Interior y la Policía Nacional. Esta vez el niño, vestido de overol, jugueteó sobre el regazo de la abuela dictadora, pero siempre fue el abuelo dictador quien lo cargó más. Durante ese mes, la propaganda oficial comenzó a explotar un nuevo giro narrativo: la del “amor abuelo-nieto”.
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Los medios de comunicación oficialistas –controlados por los hijos de la pareja presidencial– difundieron vídeos en sus redes sociales de la interacción entre Camilo Noé Daniel y su abuelo dictador. Pero había una persona más afanada en capturar con su lente la mejor imagen de “abuelo-nieto”: era Jairo Cajina, el fotógrafo de cabecera de la pareja dictatorial. Jairo, según fuentes sandinistas consultadas para este artículo, buscaba –más que tener una foto con un ángulo nuevo– emular o acercarse lo más posible a una fotografía icónica de la vida política de Daniel Ortega: la de la campaña electoral de 1990.
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“Todo será mejor! Daniel Presidente”. Ese era el eslogan de la campaña electoral de 1990 de Daniel Ortega, cuando perdió las elecciones frente a la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro. El eslogan era acompañado de una foto con una niña a la que el caudillo sandinista abrazaba. Era Camila Ortega, nacida en 1987. La futura mamá de Camilo Noé Daniel.
Esa foto fue muy importante para Ortega, pero sobre todo para Rosario Murillo, cuyas influencias políticas sobre su marido comenzaron a tomar fuerza en esa década, después de ser ninguneada por la casta revolucionaria en los ochenta.
En la actualidad, en medio de la consolidación de una dictadura familiar y dinástica, Camila es una de las hijas más cercanas de la “copresidenta” Murillo. No sólo es una suerte de secretaria personal de su madre, sino que la asiste en las tarimas durante todos los actos públicos, mientras al margen desarrolla su pasión por el diseño y la moda con su evento anual Nicaragua Diseña, una plataforma que promueve la alta costura y que es financiada con dinero público.
Camila Ortega, ¿experta en economía creativa?
Además, de asesora presidencial, en 2019 Camilia fue nombrada coordinadora de la Comisión Nacional de Economía Creativa. Mientras que en los menesteres íntimos es la encargada de organizar las fiestas, cumpleaños, bodas y vacaciones de la familia de El Carmen. “La Camila cumple un rol en la familia que puede ser visto como logístico, pero para Rosario Murillo tiene un significado muy espiritual”, asegura una fuente ligada a la Presidencia sandinista. “En algún momento, la Rosario llegó a decir que la Camila es la reencarnación de su madre, Zoilamérica Zambrana Sandino… es decir, que como su madre, la Camila está siempre cuidándola a ella. Por tanto, la descendencia de Camilia tiene un vínculo muy especial”.
La “copresidenta” Murillo siempre ha tenido una relación atropellada con otras mujeres, en especial contra aquellas que la critican o la adversan. La fuente consultada por DIVERGENTES hace mención a Zoilamérica Ortega Murillo, quien en 1997 denunció a Ortega de violación sexual. Murillo envió al ostracismo, la declaró “loca” y hasta el día de hoy la acosa en Costa Rica, donde Zoilamérica vive exiliada y retirada de la vida pública.
“Para Rosario, el hijo de la hija que la cuida, que la ha ‘bendecido’, es muy importante. Por eso este niño ha ganado preponderancia entre ellos. Si bien es cierto que con los otros nietos los presentan en fotos familiares, con Camilo Noé Daniel ha sido bien particular e insistente: no escatiman en mostrarlos en la propaganda oficial, siempre junto al abuelo. Es decir, como emulando esa foto de la campaña de 1990 de cara a las elecciones de 2026 que se vienen. Lo celebran en comunicados oficiales y ahora ves las redes sociales sandinistas inundadas de fotos de Daniel con el chiquito de la Camila”, dice otra fuente ligada a las altas esferas del sandinismo.
Para la pareja de dictadores, la familia y la sucesión son centrales en todos los asuntos del Estado y el partido sandinista. Casi todos los hermanos Ortega-Murillo son asesores presidenciales y ocupan puestos claves en diferentes puestos estatales o del partido, siendo el caso más claro el de Laureano Ortega Murillo, el tenor con el que muchos cercanos al poder coinciden es el “delfín” para suceder a sus padres.
Si bien la “copresidenta” Murillo ejerce total influencia sobre la familia presidencial, incluso obligándolos a todos a vivir en El Carmen –a excepción de Rafael Ortega–, la primera fuente ligada al entorno presidencial asegura que con los nietos de sus hijos varones no puede disponer de ellos con tranquilidad, ya que siempre median “intermediarias” como las nueras. El caso más claro entre la desavenencia entre Murillo y una nuera fue con Yadira Leets, exesposa de Rafael Ortega, quien desertó del clan y se fue a Estados Unidos en mayo de 2002. Aunque se fue con sus dos hijas mayores, los otros cinco hermanos quedaron bajo la tutela de los Ortega-Murillo en Managua y la mujer ha dicho en sus redes sociales que le impiden verlos.
“En este caso del hijo de Camila, se trata del hijo de la hija que ella controla, usa y maneja. A eso se suma el tema de reforzar la similitud histórica con la foto de la campaña electoral de 1990. Creo que quieren decir que el tiempo y las generaciones pasan, pero el comandante sigue allí. Es decir, el comandante con otro niño y él se mantiene. Es jugar con esa idea de la eternidad y, claro, con el tema de que Murillo, en clave religiosa, ve a Camilia como su ángel de la guarda y Camilo Noé Daniel se parece a su mamá”, dice la fuente ligada al entorno presidencial.
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Camilo Noé Daniel es hijo de Noé Salas Cisneros, el esposo de Camila Ortega Murillo desde febrero de 2020. El papá del niño es hijo del doctor Marco Antonio Salas Cruz, Jefe del Cuerpo Médico Militar del Ejército de Nicaragua y Director del Hospital Militar Escuela Dr. Alejandro Dávila Bolaños.
El doctor Salas Cruz es un reconocido traumatólogo-ortopedista, quien en la guerra de los ochenta atendía a lisiados de combate, pero también ha sido siempre el ortopedista de la familia presidencial. Además, es socio fundador del Centro Médico Bolonia y miembro del Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense por su contribución a la medicina deportiva. El pasado dos de septiembre, Daniel Ortega ascendió a su consuegro a general de brigada, es decir 12 días después que el pequeño Camilo Noé Daniel fue subido al escenario para las fiestas patrias.
“A ese niño lo vamos a seguir viendo en la propaganda oficial, porque está cumpliendo un rol de humanizar a Ortega, hacerlo ver como un abuelo cariñoso y no como un dictador y autor de crímenes de lesa humanidad. Hay que recordar que desde que Zoilamérica denunció por violación a Ortega en 1997, Murillo siempre ha usado a sus hijos para exhibirlos en apoyo de ellos. Recorda esa otra foto de la conferencia de prensa en la que Murillo llamó loca y descalificó a Zoilamérica por la denuncia de abuso sexual. A partir de allí empiezan las tarimas con los niños”, concluye la fuente ligada al entorno presidencial.