Quisiera contarles un poco de la recién nacida historia de este libro. La mayor motivación de esta obra es aportar a la construcción de la memoria histórica de Nicaragua, pero desde un aspecto muy específico: la violencia de Estado con claros tintes de género. La saña deliberada contra las mujeres.
El ataque sistemático de Daniel Ortega y Rosario Murillo contra ellas, en un intento insuficiente para quebrarlas. Por eso, lo que también relatan estos perfiles, es la resistencia de estas presas políticas, a pesar de las torturas y los tratos crueles e inhumanos que sufrieron en las prisiones.
Una resiliencia infinita que las mantuvo libres tras las rejas, como bien apunta el título del libro. Relatos que revelan por un lado el salvajismo de quienes gobiernan, y por el otro, a borbollones, la esperanza que estas mujeres nos ofrecen. Una lección personal para todos y como sociedad en su conjunto.
Cuando el equipo de Sé Humano me propuso coordinar este libro, me entusiasmé porque a la mayoría de las presas políticas las conozco desde hace años en mi bregar como periodista. Luego, con el paso de los años, se convirtieron algunas en personas muy queridas y admiradas. Sentí un poco de temor porque la tarea no era sencilla: conseguir relatos de coraje, determinación y valentía, con énfasis en el humanismo de estas víctimas y sus familiares; así como en sus principios morales, éticos y políticos ante la crueldad del régimen.
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Creo que al final lo conseguimos, pero ustedes ya nos dirán si es cierto cuando lean el libro…. pero lo intentamos de la mano de las firmas más relevantes del periodismo y la literatura de Iberoamérica. Escritores que no dudaron en sumarse a la obra, cediendo amablemente los derechos de autor, como su aporte a una causa por la libertad, la justicia y la democracia que tan bien conocen: la de Nicaragua.
Todos los autores logran, con una singularidad y un tacto encomiable, narrar los relatos con muchos hilos conexos, pero que se diferencian entre sí en tono, forma y fondo. Creo que allí radica la riqueza y diversidad de este libro. Reivindican la personalidad de cada una de las presas políticas, sus complejidades y sus historias personales. Vidas enteras que se entrecruzan de manera definitiva con el destino de Nicaragua y su búsqueda permanente por la libertad.
Historias, en varios de los perfiles, redondas… autores que han recorrido Nicaragua y sus vicisitudes desde hace décadas.
Por eso la venerada maestra del periodismo, Alma Guillermoprieto, dijo que sí a la invitación al proyecto. De inmediato pidió reencontrarse con Dora María Téllez, la mítica exguerrillera sandinista que ella conoció en Managua en 1979. En ese entonces, Alma era una reportera bisoña y Dora una guerrillera feliz, sentada sobre las piernas de su madre en un pequeño carro tras derrocar al somocismo. Una época que marcó el inicio de las siguientes cuatro décadas llenas de sueños, desventuras, sangre, dolor y, sobre todo, impunidad para nuestro país. Una monumental y colectiva tarea pendiente.
El mismo entusiasmo mostró Jon Lee Anderson, veterano cronista de guerra y parte del staff de esa catedral del periodismo llamada New Yorker, y quien conoce muy bien los entresijos de los tiranos. El otro gran cronista argentino Martín Caparrós (que en 2018 probó en la extinta Upoli cómo era detonar un mortero) escribe sobre María Esperanza Sánchez. Mujer que fue encerrada —aquí salta la ironía— en un penal llamada La Esperanza. Desde Argentina también contamos con Claudia Piñeiro, cuya obra ha sido traducida a más de 20 idiomas.
Otros autores que participan en este libro colocaron, a partir de 2018, la crisis de Nicaragua como prioridad en su agendas informativas internacionales, como Carmen Aristegui y Lorena Arroyo de El País, con quien anduve en varias protestas en Managua. Fue en esas manifestaciones que a Lorena la cautivó la fuerza de la juventud nicaragüense… y, vaya coincidencia, perfila a Samantha Jirón, la presa política más joven de la dictadura.
También escribe Sabrina Duque, que bien conoce Nicaragua, tras haber vivido muchos años sobre Carretera Sur y sufrir las protestas de 2018, como si hubiera nacido entre el Momotombo y el Mombacho, y no donde el mundo se parte a la mitad, en Ecuador. Sabrina le saca a Evelyn Pinto el Guardabarranco de la libertad.
Otra casualidad hermosa que nos dio este libro fue asignar el perfil de Tamara Dávila a Laura Restrepo y su hijo, Pedro. Recuerdo que Tamara se emocionó tanto cuando le dije que Laura iba a escribir su historia. Casi al borde del llanto me contó que Laura era su escritora favorita.
Y para no alargarme más, quisiera agradecer a los escritores nicaragüenses que ustedes bien conocen: Gioconda Belli y Sergio Ramírez, apoyos fundamentales en este proceso creativo. También al periodista Julián Navarrete que escribe sobre el proceso tortuoso de las visitas familiares en El Chipote… y a Juan Marieli, el otro coeditor de este libro que, por temas de seguridad, se protege bajo ese seudónimo.
Libertad tras las rejas es un intento por dejar constancia del horror, de los crímenes de lesa humanidad que se perpetraron –y se perpetran aún– en Nicaragua. Está compuesto a partir de los retazos de las historias de estas mujeres valientes que, al ser entretejidas en esta obra, dan como resultado una gran manta de esperanza que nos cobija contra el frío del olvido y la impunidad.
Estoy seguro que si Virgina Woolf viviera, y se asomara en el estante en el que guardaba los libros de historia, se encontraría a partir de esta noche uno sobre estas once presas políticas nicaragüenses. Mujeres que a lo largo de su vida han procurado una habitación propia desde la cual ya han escrito –y lo seguirán haciendo– buena parte de la historia de Nicaragua. Nada más y nada menos que como protagonistas.
Palabras leídas la noche del 27 de noviembre en San José, Costa Rica, donde se presentó el libro “Libertad tras las rejas, cómo sobrevivieron a condenas injustas once presas políticas nicaragüenses”. Wilfredo Miranda Aburto es coeditor y coautor de la obra que ha sido promovida por la campaña Sé Humano. Al ser un trabajo voluntario, el libro todavía no tiene editorial.
ESCRIBE
Wilfredo Miranda Aburto
Es coordinador editorial y editor de Divergentes, colabora con El País, The Washington Post y The Guardian. Premio Ortega y Gasset y Rey de España.